HORARIO DE APERTURA

DESDE EL 7 DE DICIEMBRE

De lunes a viernes: 17:00 – 20:30

Sábados, domingos y festivos: 11:30 – 13:30 y 17:00 – 20:30

Abierto hasta el proximo 6 de enero de 2025.

LOS DÍAS 24 Y 31 DE DICIEMBRE ABIERTO SÓLO EN HORARIO DE MAÑANA.

LOS DÍAS 25 DE DICIEMBRE Y 1 DE ENERO PERMANECERÁ CERRADO.

Un año más, la Hermandad de la Virgen de la Estrella ha instalado su tradicional belén en el corazón de Toledo, convirtiéndose en una cita imprescindible de la Navidad toledana. En este 2024, el belén no solo recrea las entrañables escenas del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, sino que también integra símbolos representativos del patrimonio histórico de la ciudad, fusionando lo divino con lo humano en una celebración de historia, fe y tradición.

Con más de 300 figuras de barro lienzado, el belén ofrece un recorrido visual único que fusiona el paisaje natural de la Vega del Río Tajo con los monumentos emblemáticos de la ciudad. Cada rincón del belén está cuidadosamente diseñado para transportar al espectador a la Toledo antigua, invitando a grandes y pequeños a un viaje en el tiempo.

La Vega del Río Tajo, con sus suaves colinas y campos fértiles, constituye el escenario natural del Nacimiento de Jesús. Aquí, la vida cotidiana se entrelaza con la espiritualidad, mostrando la conexión profunda entre el hombre y la naturaleza. Entre las escenas, destacan los azacanes y aguadores con sus burros y vasijas se acercan a la fuente de Cabrahígos, así como los agricultores y ganaderos que, con sus animales y herramientas, recrean la vida rural de Toledo. Esta representación rinde, además, un homenaje especial a los hortelanos de la ciudad, quienes, con su trabajo y dedicación, han cuidado históricamente la tierra de Toledo y han formado parte esencial de su identidad.

Además de las escenas pastoriles y agrícolas, el belén presenta un bullicioso mercado al aire libre, con carros tirados por burros y bueyes, llenos de productos como especias, hortalizas y baratijas. Los puestos de comida, donde se venden pan, frutas y pescados, refuerzan la sensación de vida cotidiana, entrelazando las costumbres tradicionales con el contexto religioso del Nacimiento.

Este entorno, al igual que la Toledo de antaño, nos recuerda la vital relación entre la ciudad y su entorno natural. Los pastores, agricultores y animales que se dirigen al portal de Belén no solo atraviesan un paisaje bucólico, sino también una historia viva, donde el río Tajo, símbolo de la ciudad, conecta el pasado con el presente.

Un contraste arquitectónico fascinante lo aporta la Estación del Tren de Toledo, con su estilo neomudejar, que se presenta como un cruce de caminos y destinos. Este monumental edificio refleja la conexión de Toledo con el mundo exterior, un crisol de culturas, épocas y recuerdos que enriquecen la tradición local. La presencia de la estación no interrumpe la escena, sino que subraya el dinamismo de una ciudad que, a pesar de su alma medieval, mira al futuro.

El Palacio de Galiana, testimonio del esplendor de Toledo y sus leyendas, se erige con su elegancia atemporal en el belén. Su representación, fiel a la arquitectura del monumento, añade una dimensión histórica al conjunto. Las figuras que transitan por sus jardines, patios y estancias representan la nobleza y la magnificencia de un Toledo que, durante siglos, fue la capital de reinos y culturas. En este palacio, el belén encuentra una de sus máximas expresiones de belleza, simbolizando la grandeza de un tiempo pasado que sigue vivo en la memoria colectiva de la ciudad.

Más allá de la representación artística, este belén es un homenaje a la esencia misma de la Navidad: el nacimiento de Jesucristo, que llega cada año para todos, sin distinción de tiempo ni lugar. La Natividad, más allá de ser un hecho histórico, es un mensaje de esperanza, unidad y amor que se renueva en cada corazón. Cada escena, cada figura, nos invita a reflexionar sobre el paso del tiempo, la importancia del Evangelio y la perpetuidad de la fe en nuestras vidas.

Desde su creación en 1992, bajo la iniciativa de D. Juan de Ancos y la supervisión artística de Mariano Guerrero, el belén de la Hermandad de la Estrella ha evolucionado con el tiempo. En los últimos diez años, Rodrigo Navarro ha asumido la dirección, aportando su estilo personal a cada montaje. Junto a él, un equipo de colaboradores ha mantenido viva esta tradición, entre los que se encuentran Ángel Miguel, Carlos Otero, Guillermo Sánchez, Pablo Navarro, Juan Carlos Escribano, Miguel Ruiz, Manuel Gálvez, Adrián Ortiz y Luis Torres, quienes dedican largas jornadas de trabajo durante varios meses.

No podemos olvidar a José Villamor, el hortelano de la Hermandad, quien con su dedicación prepara la huerta del belén, un elemento esencial que, este año, tiene un papel aún más destacado. Su huerta, con sus cultivos y verduras, simboliza la conexión con la tierra y la sencillez, características de la ciudad y su tradición. Además, el belén rinde un homenaje a todos los hortelanos de Toledo, quienes, como José, han cuidado la tierra con esmero, aportando su trabajo a la riqueza agrícola de la región y, en este caso, a la tradición de la Navidad toledana.

En resumen, el belén de la Hermandad de la Virgen de la Estrella no solo es una representación del Nacimiento de Jesús, sino también un homenaje a Toledo, a su gente y a su vínculo eterno con la tierra. Es una invitación a todos, grandes y pequeños, a detenerse, reflexionar y recordar que cada Navidad, Jesucristo nace para todos, trayendo consigo un mensaje eterno de paz, esperanza y amor.

Galería de fotos del Belén 2024
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